Tendencias en ciberseguridad 2026
Desde ESED, cada año nos gusta hacer un repaso sobre las tendencias en ciberseguridad que marcarán el próximo año. Nuestro objetivo es estar siempre a la última en soluciones y ofrecer a nuestros clientes la mejor protección frente a un entorno digital cada vez más complejo.
Para poder identificar estas tendencias, primero analizamos el mercado y las demandas reales en materia de seguridad informática, que año tras año siguen creciendo gracias a la apuesta constante de las empresas por la implementación de soluciones digitales.
Según IDC, en 2026 la inversión mundial en ciberseguridad superará los 200.000 millones de dólares. En España, las empresas destinan cada vez más recursos a proteger su infraestructura IT, conscientes de que un ciberataque puede poner en riesgo no solo la información, sino la continuidad del negocio.
Hoy en día, la ciberseguridad se ha convertido en un requisito estratégico y legal para cualquier organización. No cumplir con la Directiva NIS2 u otras normativas puede suponer sanciones importantes e incluso responsabilidades para la dirección.
Redes mal protegidas, sistemas desactualizados, malas prácticas o falta de formación en ciberseguridad por parte de los empleados son todavía una de las principales causas de entrada de malware en la infraestructura de muchas empresas. Por eso, disponer de una estrategia de ciberseguridad sólida, realizar formaciones a los equipos y apostar por soluciones de última generación son las claves para reducir las probabilidades de sufrir un ciberataque en 2026.
Tendencias en ciberseguridad 2026
Del cloud al edge: Nuevos retos de seguridad distribuida
En 2025 muchas empresas se centraban en reforzar la seguridad en la nube. Pero en 2026 el desafío va un paso más allá: ya no se trata solo de trabajar en la nube, sino de gestionar entornos cada vez más híbridos y distribuidos, donde conviven servidores locales, nubes públicas, privadas y ahora también el edge computing.
El edge computing consiste en procesar los datos cerca del usuario o del dispositivo que los genera, en lugar de enviarlos siempre a un centro de datos o a la nube. Esto mejora la velocidad y reduce la latencia, pero también multiplica los puntos de entrada para posibles ciberataques. La tendencia en 2026 será aplicar modelos de confianza cero (zero trust) en todas las capas usuarios, dispositivos, aplicaciones y conexiones, garantizando que cada acceso se valida de forma continua y que los datos están protegidos, sin importar dónde se procesen.
Zero Trust: de tendencia a obligación
En 2026, el modelo de seguridad Zero Trust dejará de ser solo una tendencia para convertirse en un requisito básico. Las empresas deberán aplicarlo en todos los niveles ⇒ usuarios, dispositivos, aplicaciones y conexiones para garantizar que cada acceso se valide de forma continua y que los datos estén protegidos sin importar dónde se procesen.
Criptografía post-cuántica
La llegada de la computación cuántica plantea un nuevo reto: los algoritmos de cifrado actuales podrían quedar obsoletos en el futuro. Aunque todavía estamos en una fase inicial, en 2026 muchas empresas comenzarán a prepararse adoptando protocolos post-cuánticos para garantizar la seguridad de sus datos a largo plazo. Esta nueva criptografía se basa en algoritmos diseñados para resistir la enorme capacidad de cálculo de los ordenadores cuánticos, que podrían romper los sistemas de cifrado tradicionales en cuestión de segundos. Su objetivo es asegurar que la información sensible, especialmente aquella que debe protegerse durante años, siga siendo inaccesible incluso ante las tecnologías más avanzadas.
Protección de la identidad como prioridad
La identidad digital se convierte en uno de los activos más valiosos. Proteger las credenciales, reforzar la autenticación y controlar accesos privilegiados serán aspectos clave para evitar brechas. En 2026, la gestión y protección de identidades pasará a ser un eje central en las estrategias de ciberseguridad.
Inteligencia Artificial generativa: riesgos y oportunidades
La IA generativa se ha convertido en una de las tecnologías más disruptivas del momento y también está transformando la ciberseguridad. Por un lado, ofrece enormes ventajas: permite automatizar la detección de amenazas, analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real y responder con mayor rapidez ante incidentes.
Sin embargo, esta misma tecnología también está en manos de los ciberdelincuentes, que la utilizan para lanzar ataques más sofisticados, como campañas de phishing con textos perfectos o deepfakes de voz y vídeo imposibles de distinguir de los originales.
En 2026, la clave no será solo aprovechar su potencial defensivo, sino también prepararse para sus riesgos, adoptando controles, políticas y herramientas que permitan mitigar los usos maliciosos de la IA generativa.
Auge del seguro cibernético
Los ciberseguros se consolidarán como una herramienta clave para gestionar riesgos. Sin embargo, las aseguradoras exigirán a las empresas medidas de seguridad más estrictas antes de conceder cobertura. Esto impulsará la profesionalización de la gestión de riesgos y el refuerzo de políticas internas de seguridad.
Formación frente a deepfakes y fraudes avanzados
La concienciación seguirá siendo fundamental, pero en 2026 la formación deberá ir más allá del phishing clásico. Las empresas tendrán que preparar a sus equipos para reconocer intentos de suplantación mediante deepfakes, fraudes de CEO más sofisticados y ataques de ingeniería social basados en IA. Una plantilla formada es la primera línea de defensa frente a estas amenazas.
Simulaciones de ciberataques cada vez más necesarias
En 2026 las simulaciones de ataques seguirán siendo una de las prácticas más efectivas para prevenir incidentes. Realizar estos ejercicios controlados permite descubrir vulnerabilidades y preparar a los equipos ante un ataque real. Desde ESED, sabemos que esta será una tendencia en alza y una herramienta clave para fortalecer la seguridad de cualquier empresa.
Seguridad en entornos IoT industriales
La expansión del Internet de las Cosas (IoT) en fábricas, hospitales o ciudades inteligentes está multiplicando los dispositivos conectados y, con ellos, las vulnerabilidades. En 2026 veremos un mayor esfuerzo por segmentar redes, monitorizar sensores y aplicar medidas específicas de ciberseguridad en estos entornos críticos. La protección del IoT industrial dejará de ser opcional y pasará a ser un requisito imprescindible para garantizar la continuidad de los procesos.
Auge y sofisticación del ransomware
El ransomware seguirá siendo una de las principales amenazas en 2026, con variantes más avanzadas y ataques cada vez más dirigidos. Ya no solo cifran datos, también los roban para extorsionar con filtraciones (doble o triple extorsión). Para mitigarlo, las empresas deberán reforzar sus planes de respuesta, segmentar redes, mantener copias de seguridad actualizadas y realizar simulaciones específicas de ransomware.
El 2026 será clave para reforzar las defensas digitales. La digitalización, el edge computing, la computación cuántica, el auge del ransomware y la IA generativa convierten la ciberseguridad en un factor estratégico.
En ESED sabemos que anticiparse es la clave. Apostar por estrategias sólidas, formación continua y simulaciones permitirá reducir riesgos, cumplir normativas como la Directiva NIS2 y crecer con confianza. La formación diaria de los empleados será esencial para frenar ataques cada vez más sofisticados.
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