Pruebas de penetración o pentesting para la prevención de ciberataques

La ciberseguridad proactiva se está convirtiendo en una medida de ciberseguridad esencial con el actual incremento y sofisticación de los ciberataques. Esta consta de diferentes acciones y medidas de seguridad que ayudan a las empresas a protegerse. Una de ellas son las pruebas de penetración, también conocidas por su término en inglés penetration testing o pentesting.
¿Qué es el pentesting?
Una prueba de penetración es un tipo de auditoría de seguridad en la que un equipo de profesionales especializados en ciberseguridad llamados pentesters o hackers éticos, simulan ataques reales contra un sistema informático, redes o aplicaciones de una empresa, con el objetivo de identificar vulnerabilidades, debilidades de configuración o fallos en los controles de seguridad.
El fin no es comprometer la infraestructura para destruirla, sino detectar de forma controlada sus fallos antes de que los ciberdelincuentes los descubran y los utilicen para lanzar sus amenazas. De esta manera, la organización puede aplicar las medidas de seguridad correspondientes para mitigar estos riesgos.
En ESED somos hackers éticos y realizamos nuestro propio pentest, llamado ESED Attack. Te dejamos nuestro manual para que puedas saber exactamente cómo se actúa en la realización de un pentesting.
Tipos de pentesting
Según el grado de conocimiento previo del sistema por parte del pentester, se distinguen distintos enfoques.
Caja negra (Black-box)
El auditor no tiene información interna del sistema; actúa como un atacante externo sin credenciales, únicamente con lo públicamente accesible (por ejemplo, dominio, IP, URLs…) Este enfoque simula ataques reales desde el exterior.
Caja blanca (White-box)
El auditor dispone de información interna; arquitectura, código fuente, credenciales, diseño de red… lo que permite un examen exhaustivo de posibles vulnerabilidades internas, configuraciones incorrectas, malas prácticas de código, etc.
Caja gris (Grey-box)
Enfoque intermedio, con información parcial del sistema, como por ejemplo credenciales de usuario o diagramas parciales, que lo que permite es simular ataques de un usuario legítimo malintencionado o de un atacante con acceso limitado.
La elección del tipo de pentesting depende del objetivo de la auditoría, del perfil de riesgo que se busca evaluar y del tipo de sistema o aplicación que se revisa.
Metodología y fases de un pentest
Aunque existen múltiples marcos o estándares, como PTES (Penetration Testing Execution Standard), OSSTMM (Open Source Security Testing Methodology Manual) o normas propias para auditorías internas o reguladas, las fases fundamentales que suelen componer un pentest son bastante homogéneas.
A grandes rasgos, el proceso típico es el siguiente:
- Reconocimiento (Reconnaissance / Information gathering): Recopilación de toda la información posible sobre el objetivo: dominios, direcciones IP, subdominios, tecnologías empleadas, versiones de software, configuraciones públicas, usuarios expuestos, etc. Este paso es clave para definir el alcance del pentest.
- Análisis y escaneo de vulnerabilidades: Mediante herramientas automáticas y manuales se detectan vulnerabilidades potenciales, puertos abiertos, servicios expuestos, versiones vulnerables, configuraciones débiles, errores en código, etc.
- Explotación: Se intenta aprovechar dichas vulnerabilidades para comprometer el sistema, logrando acceso, escalado de privilegios, ejecución de código, etc., siempre dentro del alcance pactado.
- Post explotación / pivoting: Si las reglas del pentest lo permiten, desde un primer punto comprometido se trata de moverse lateralmente, acceder a otros sistemas internos, escalar privilegios o comprometer datos sensibles, simulando escenarios reales de ataque.
- Informe y reporte: La fase final consiste en documentar todas las vulnerabilidades encontradas, evidencias, riesgos asociados, posibles impactos y, lo más importante, recomendaciones concretas para mitigarlas. Este informe debe ser claro tanto para equipos técnicos como para la dirección.
En función del alcance (red, infraestructura, aplicaciones, APIs, entorno interno, etc.) y la metodología aplicada, pueden añadirse otras fases: revisión de código, pruebas de lógica de negocio, validaciones de acceso, pruebas de configuración, evaluación de controles operativos, etc.
Beneficios que aporta la realización de un pentesting para una empresa
Implementar regularmente pruebas de penetración dentro de la estrategia de ciberseguridad de la empresa, además de contar con soluciones proactivas, es clave para garantizar su seguridad.
- Identificación temprana de vulnerabilidades reales: El principal objetivo del pentesting es detectar vulnerabilidades antes de que sean explotadas por ciberdelincuentes. Esto permite corregirlas proactivamente, bien sea por actualizaciones de software, endurecimiento de configuraciones, refuerzo de controles o ajustes en la arquitectura, reduciendo considerablemente el riesgo de incidentes.
- Mejora la postura de seguridad general: Al descubrir puntos débiles o brechas de seguridad, las empresas pueden fortalecer sus defensas, añadir capas de protección, endurecer políticas de acceso, aislar zonas críticas, y en general, elevar su nivel de resistencia frente a ataques.
- Detección de fallos complejos y lógica del negocio: Muchas vulnerabilidades, como errores en la lógica de negocio, flujos de inseguridad, control de accesos deficiente o errores de autorización/autenticación, no son detectables mediante escaneos automáticos. Solo un pentesting manual, realizado por profesionales, permite descubrir fallos profundos.
- Cumplimiento normativo y regulatorio: Para muchas empresas, realizar auditorías de seguridad regulares, incluyendo pentesting, es requerido por normativas de protección de datos, estándares de seguridad o regulaciones sectoriales (por ejemplo, para empresas que manejan pagos, datos personales, acceso remoto, etc.). Realizar un pentest ayuda a demostrar “due diligence” y conformidad con regulaciones como normativas de privacidad, auditorías o estándares de seguridad.
- Preparación ante incidentes: Un pentest no solo identifica vulnerabilidades técnicas, sino que también permite evaluar la eficacia de los controles de detección, respuesta y monitorización de la empresa. Esto ayuda a mejorar los planes de respuesta ante incidentes, reducir el tiempo de detección, minimizar daños y recuperar la operativa con mayor rapidez.
- Ahorro de costes y mitigación de riesgos financieros: El coste promedio de una brecha de seguridad puede ser elevado, especialmente si implica pérdida de datos sensibles, regulación, sanciones o daño reputacional. Invertir en pentesting y solución de vulnerabilidades reduce significativamente este riesgo, evitando posibles costes asociados a incidentes.
- Concienciación y cultura de ciberseguridad interna: El informe generado tras un pentest permite que tanto el equipo de IT como la dirección comprendan los riesgos reales, prioricen inversiones de seguridad, asignen recursos adecuados y fomenten una cultura corporativa orientada a la seguridad.
Además, el hecho de someterse periódicamente a pentests manda un mensaje claro a empleados, clientes y partners: la empresa toma en serio la protección de los datos y la continuidad del negocio.
Limitaciones y consideraciones del pentesting para utilizarlo de forma adecuada
Es importante entender que un pentest tiene un alcance limitado y finito. Solo los sistemas, aplicaciones o entornos incluidos en el alcance serán evaluados. Por ello, definir bien el alcance (red, infraestructuras internas, aplicaciones, APIs, accesos remotos, etc.) es crítico.
Por otro lado, no garantiza que todas las vulnerabilidades serán detectadas; algunos vectores de ataque o fallos lógicos muy específicos pueden escapar a la auditoría, especialmente si se emplean solo escaneo automatizados o si no se simulan escenarios de uso real.
Un pentest refleja el estado de seguridad en el momento de la auditoría. Con el tiempo, pueden introducirse cambios (nuevas funcionalidades, parches, actualizaciones, configuraciones, personal, sistemas) que generen nuevas vulnerabilidades. Por ello, es recomendable realizar pruebas de forma periódica.
Y por último, existe un riesgo de interrupción del servicio (dependiendo del tipo de pentest), especialmente si se realiza sobre entornos productivos. Por lo tanto, es importante coordinar tiempos, ventanas de mantenimiento y, en algunos casos, usar entornos de pruebas o “sandbox”.
Las pruebas de penetración se han convertido en una acción estratégica clave para la protección de los sistemas e información, así como, para garantizar la continuidad de la actividad empresarial.
Al detectar vulnerabilidades antes de que los ciberdelincuentes lo hagan, al mejorar la postura de seguridad, al cumplir con normativas, al preparar mejores planes de respuesta ante incidentes, y al fomentar una cultura corporativa de ciberseguridad, el pentesting ofrece un retorno muy elevado comparado con el coste potencial de una brecha.
Sin embargo, para que esta práctica sea efectiva, es esencial dejarla en manos de un especialista de ciberseguridad, puesto que este sabrá: definir el alcance, gestionar adecuadamente los resultados y ejecutar las remediaciones.
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