Ciberseguridad en tiendas físicas

De Eduard Bardají

<span id="hs_cos_wrapper_name" class="hs_cos_wrapper hs_cos_wrapper_meta_field hs_cos_wrapper_type_text" style="" data-hs-cos-general-type="meta_field" data-hs-cos-type="text" >Ciberseguridad en tiendas físicas</span>

Durante muchos años, la preocupación sobre seguridad informática ha estado centrada casi exclusivamente en los entornos digitales: sitios web, plataformas de e-Commerce, bases de datos en la nube, etc. Sin embargo, el ecosistema del comercio moderno también incluye un componente físico cada vez más digitalizado. En las tiendas físicas, dispositivos como los datáfonos (terminales de punto de venta) y las redes Wi-Fi juegan un papel clave en la experiencia del cliente y la eficiencia operativa. Pero, al igual que en el mundo online, estos sistemas también pueden convertirse en blancos para los ciberdelincuentes y sus ciberataques. 

Nueva llamada a la acción

¿Qué tan seguros son los datáfonos?

El datáfono, también conocido como TPV (Terminal de Punto de Venta), se ha convertido en el epicentro de las transacciones físicas. Su uso permite realizar pagos con tarjetas de débito y crédito, dispositivos móviles y, en algunos casos, incluso con criptomonedas. Lo que muchos no consideran es que, al procesar estos pagos, el dispositivo gestiona datos extremadamente sensibles: números de tarjeta, códigos CVV, información de chip EMV, nombres y otras credenciales vinculadas a las cuentas bancarias.

Aunque la mayoría de los datáfonos modernos están diseñados para cumplir con los estándares de seguridad del Payment Card Industry Data Security Standard (PCI DSS), su nivel real de seguridad depende en gran medida de cómo se implementan, configuran y gestionan dentro de la infraestructura de la tienda.

¿Cuáles son los riesgos? 

Uno de los mecanismos de protección más importantes en estos dispositivos es el cifrado punto a punto (P2PE). Este sistema garantiza que los datos de la tarjeta se cifren en el momento exacto en que se insertan o pasan por el lector, y que solo se descifren cuando llegan al proveedor de servicios de pago. Este enfoque reduce significativamente el riesgo de interceptación, incluso si un atacante lograra comprometer la red por la que viaja la información.

Sin embargo, existen múltiples vectores de ataque. Uno de los más comunes es el skimming, que implica la instalación de un dispositivo externo que captura la información de la banda magnética sin alterar visiblemente el datáfono. Aunque este tipo de ataque ha disminuido con la adopción de tarjetas con chip, sigue siendo viable en dispositivos mal protegidos o antiguos. Otro riesgo es la inyección de malware en el firmware del terminal, algo que puede ocurrir si el dispositivo no recibe actualizaciones periódicas o si es manipulado físicamente por personal no autorizado.

Incluso el simple hecho de conectar el datáfono a una red compartida sin segmentación puede abrir una puerta para atacantes que buscan interceptar la comunicación entre el terminal y el proveedor de pagos. De hecho, se han documentado casos en los que grupos de ciberdelincuentes han explotado vulnerabilidades en redes internas mal segmentadas para distribuir software espía entre varios datáfonos a la vez, obteniendo así grandes volúmenes de información bancaria de forma silenciosa y persistente.

Consejos de ciberseguridad para proteger los datáfonos

  • Utilizar modelos certificados con cifrado punto a punto (P2PE).

  • Revisar físicamente los dispositivos a diario para detectar manipulaciones.

  • Actualizar el firmware periódicamente con los parches de seguridad del fabricante.

  • Restringir el acceso físico solo a personal autorizado.

  • Segmentar la red: los datáfonos deben operar en una VLAN aislada del resto de sistemas.

Riesgos cibernéticos de las redes Wi-Fi en tiendas físicas

El otro gran punto de exposición en tiendas físicas es la red Wi-Fi. Es habitual que tanto empleados como clientes hagan uso de conexiones inalámbricas dentro del local. La conveniencia de ofrecer Wi-Fi gratuito se ha convertido en un diferenciador para muchos negocios, pero pocas tiendas implementan este servicio con las medidas de seguridad necesarias.

El riesgo comienza cuando la red inalámbrica de invitados no está correctamente aislada de la red interna. En muchas ocasiones, el router o punto de acceso simplemente crea una red adicional con otra contraseña, sin establecer ninguna separación real entre ambas. Esto significa que un atacante conectado como “cliente” podría escanear la red en busca de dispositivos internos, como cámaras de seguridad, terminales POS o incluso servidores locales.

Además, las redes Wi-Fi mal configuradas son susceptibles a ataques de tipo "Man-in-the-Middle" (MitM). En estos escenarios, un atacante puede interceptar las comunicaciones que se realizan a través de la red, capturando información confidencial como credenciales de acceso, datos de transacciones o comunicaciones internas entre dispositivos. Este tipo de ataque puede llevarse a cabo incluso en redes protegidas con protocolos obsoletos como WPA o WEP, que pueden ser vulnerados en cuestión de minutos con herramientas disponibles libremente en internet.

Otro riesgo latente es la creación de puntos de acceso falsos, conocidos como “Rogue APs”. Un atacante puede configurar una red Wi-Fi con el mismo nombre (SSID) que la red legítima de la tienda. Cuando los dispositivos de los clientes o empleados se conectan a esta red sin saberlo, el atacante puede capturar todo el tráfico que pasa por ella. Este método, sumamente efectivo y difícil de detectar para el usuario promedio, ha sido responsable de numerosos casos de robo de datos personales en entornos públicos y comerciales.

Cómo mejorar la ciberseguridad en tiendas físicas

Proteger una tienda física contra amenazas digitales no es solo cuestión de tecnología: implica también un cambio de mentalidad. Muchos propietarios de negocios siguen creyendo que los ataques cibernéticos están reservados para grandes empresas o plataformas en línea, cuando la realidad es que los pequeños comercios son cada vez más objetivo de ciberataques.

Para reducir estos riesgos, el primer paso es realizar una auditoría completa de la infraestructura informática de la tienda. Esto incluye revisar cómo están conectados los datáfonos, qué tipo de red utilizan, si están actualizados y si existe algún acceso no autorizado o innecesario. Lo mismo aplica a la red Wi-Fi: es esencial que esté segmentada en al menos dos redes independientes (una para clientes y otra para operaciones internas) y que se utilicen protocolos de cifrado modernos como WPA3.

Además, es crucial mantener todos los dispositivos actualizados. Esto incluye no solo los datáfonos, sino también los routers, puntos de acceso, cámaras IP, sistemas de inventario y cualquier dispositivo que tenga acceso a internet. Muchos de estos dispositivos corren versiones de firmware antiguas que contienen vulnerabilidades conocidas y explotables.

La formación del personal también juega un papel importante. Los empleados deben saber identificar señales de manipulación en los datáfonos, cómo responder ante comportamientos anómalos en la red, y tener procedimientos claros en caso de incidentes de seguridad. La concienciación interna es una de las mejores defensas frente a amenazas cibernéticas.

En un mundo donde lo físico y lo digital están cada vez más interconectados, la ciberseguridad debe considerarse parte esencial de cualquier tienda, por pequeña que sea. Los datáfonos y las redes Wi-Fi, cuando no están debidamente protegidos, se convierten en puntos vulnerables que pueden poner en riesgo no solo las finanzas del negocio, sino también la privacidad y la confianza de los clientes.

Desde ESED, ofrecemos soluciones de auditoría, análisis de riesgos y protección de infraestructura tecnológica diseñadas específicamente para negocios físicos. Si quieres asegurarte de que tus datáfonos y redes están protegidos contra las amenazas actuales, contáctanos hoy y hablemos sobre cómo podemos ayudarte a blindar tu tienda frente al mundo digital.